martes, 10 de abril de 2012


HOLA PENDEJA EN AXOLTL 7/4/12


Por Pocho Sabogal
¿Dónde aprendieron lo que el otro día hicieron? Están haciendo escuela por que por estos barrios la buena data escasea. Y ya lo sabés como el crash te corta el suelo de los pies… No hay género más convincente que el Solo de Batería camuflado detrás del efecto de desafine de las teclas de Hola Pendeja, el bajo saliendo de un buen ampli Ampeg la viola de un Marshall dando por terminada la faceta George Benson del primer año en una escuela de jazz, la trompeta ajustada y precisa y el saxo empezando a mostrar que los rieles de su metal se oxidan con un fuerte viento y así llegan nuevos e intrigantes sonidos.

El recital de ayer de Hola Pendeja en una de las casas de la cultura, un headquarters de Zona Norte como es Axoltl, fue uno de los mejores hasta la fecha. Rebosante en dinámicas de por momentos dúo o trio junto con el uso del silencio sincopado al mango logró y destornilló un par de cerebelos y cueros cabelludos por ahí. El trote de manada de caballos del clásico solo de batería que apunta hacia la abrumadora sensación de estar debajo de las cataratas del Iguazú con todo el chorro en los hombros, se presenta aquí de otra manera. Claro que Hola Pendeja no presupone el groove como mucho de lo más nuevo de hoy en día que apunta a poder encontrar nuevos grooves fríos, una suerte de post-groove music. Por otro lado sin embargo, no son condescendientes con oídos buscando un swing o un bebop tanguero o nerd. Ellos plantean la pampa chaco bonarense de la manera que se va armando, y si hay repeticiones de estilo, es claramente un estilo propio.

El tecladista no pone caras raras al pasar de un sonido de teclas a otro, sabe que todo viene del mismo tejido nervioso sagrado. El Hammond ta pegado al contrapunto de la batería, literalmente pegado, ya que el platillo crash lo tenía casi cortándole el bicep derecho (el que lleva la sangre para solear).
La chancha de la bata cachetada a la mejilla fresca mal acostumbrada: ¡qué bien les sienta el invierno a la Hola Pendeja!

Se dieron el lujo de un tema cantado por el bajista (cantante de la Agrupasión Pazión y Los Bradley) en un inglés sin alardes, preciso y buscando la cadencia (dejada de lado por muchos) por sobre la esencia (lo esencial tan vendido como la posta hoy en día que ya nadie sabe que es). La trompeta y la voz compartiendo el mismo micrófono…

Fue una de las mejores fechas porque, el disco que hicieron cada vez queda más lejos, pero no como algo reprimido, crudo o imperfecto (cf. Crítica del disco, la primer publicación del blog), sino como aquel primer portazo, aquella primera corrida para alcanzar los esquives del colectivo que los llevaría más lejos, muchos más lejos que Puente Saavedra, Avenida de los Constituyentes, Necochea o Montevideo.
Ahora el colectivo frena en todas las paradas y ellos suben y bajan y llegan a tiempo.

La viola cada vez conjuga más el juego de su volumen con su estilo de decir por encima de lo que está pasando.

El saxo, la trompe, el hi-hat, el efecto marca registrada del tecladista, la guitarra marcando acordes que se diluyen en pequeños solos (hasta que nace el solo principal), y el bajo grueso y que tira los dobleces, los fills y la magia justo ahí donde no sabíamos que lo estábamos esperando… Todos siguen armando grandes melodías y rítmicas que se dibujan y desdibujan en el retrovisor de la retina del ojo y así Hola Pendeja crece, progresa y va hacia adelante.

jueves, 5 de abril de 2012


DEBUSSY Y DARWIN

“Danza ella sola su danza, en el puente sobre el estanque de los nenúfares, y el viento sopla”


Debussy es el pincel y la pincelada impresionista sobre nuestro jardincito, nuestro balcón, o la plaza de nuestra citate eterna. Debussy es todo lo que necesitábamos de la orquestación denominada “clásica”. Es el arreglo en diálogos de instrumentos, fin de siglo, clase alta y clase media pujante.
No es el progreso industrial sino la esperanza de paz en la Europa la Eterna. Y esa esperanza es tan bella, tan hermosa, tan rica en detalles y mínimas siluetas que nos deja en éxtasis en unión con la pincelada. ¡Oh maravillosa danza!
…Y Claro que nos damos cuenta de la fuerte impresión of it all.
Quisiéramos vestir esa impresión cual vestido de gala en algún palacio, al compás de un vals grandioso, un chandelier brillante colgante, las cortinas altas largas y adornadas, los camareros pasando con los diversos platos, el chinchinear de copas de espumante…

Y no es el glamour asfixiante post Hollywood, sino la auténtica primavera Francesa: el clasicismo sin el snobismo, el clasicismo de la mano de Apolo por el jardín de Dionisio (y no al revés), el clasicismo sin el didactismo de una película de Disney como fondo, el clasicismo puro, una rapsodia de ángeles que brota desde un patio donde juegan niños y niñas embebidos en el viento, la luz, la sombra, el verde, y el azul, y el violeta. Los impresionistas fueron los primeros existencialistas (¡el naranja y el marrón en la misma piel!). Conscientes de la existencia efímera de la luz, optaron por abrazarla y emborracharse tanto en el bar como al descampado, ebrios y ansiosos, pelos sucios y llenos de óleo.
Los impresionistas son, hasta hoy, casi la máxima revolución de los ojos y el agarre del pincel. Porque no es la mano quien agarra el pincel, sino el viento y la vida que sopla en todas las criaturas. ¿Por qué se enojaron con Darwin? ¿Acaso no fue él quien mostró, en la poesía que surge del atril de la Ciencia, que todos somos hojas del viento?

miércoles, 4 de abril de 2012


RADIOHEAD, MARS VOLTA.

Mars Volta constituye junto a Radiohead dos de las bandas más futuristas del globo. Digo futuristas y no modernas ni del futuro u originales. Digo futuristas en el sentido que manifiestan la necesidad, el ansia del futuro más que otras. No lo presuponen como bandas electro dubstep de ahora con instrumentos mitad eléctricos mitad acústicos (todo lo que tenga que ver con la fama de James Blake). No parten de un mundo evolucionado o de una cultura de “soy mejor porque nací después de ti” (como decía Bernard Shaw). Parten de ayer y edifican un puente ya de lianas o de hormigón armado (Radiohead) o, con una elite de carpinteros fabrican un barco con velas a la usanza oriental (en diagonal) y viajan por el mar que brama, entre las olas de ayer y hoy, la música que refresca y jamás quita la sed.